De los ojos al mar
en el agua va lo que duele
desde el recuerdo negro
hasta la transparencia de la gota
el alma se atrinchera en la frontera
en la linde con tus lindes.
Allí los pájaros y el equilibrio
conviven sobre el mismo cable
y las sillas cansadas de esperar
se levantan para que camine lo sentado
Allí lo perdido encuentra su voz.
Entre la bruma de los árboles
memoria y olvido son el musgo pálido
donde aún yace el pan duro del hambre
en el silencio de las nubes se rinde el anhelo
a un cuento con final lejano.
Constanza Everdeen.