domingo, 28 de julio de 2019

Leyenda abierta.

No puedo separar tu dolor de mi caricia,
mis manos te anhelan entero
como un mosaico de colores
con nombres de poema.

Prendo con avidez los besos encajados 
en esta inquietud contorsionista
alimentándose de tus animales maneras.

Tengo los versos llenos de pájaros hablándome
como una manifestación de rumores adolescentes,
corren los sueños desaforados e incurables
por ese continente tuyo
que no es de este mundo.

Planea la sombra de tus alas sobre el río
y bajo ella te busca mi deseo,
llevándose tu corriente de lirios en llamas
hasta la profundidad del delta.

Ya perdida la cuenta de cumbres y remontes,
ya olvidado el nombre del dios del tiempo
nos espera el mar escriba
con nuestra leyenda abierta.


Constanza Everdeen. © ®

miércoles, 24 de julio de 2019

Rara avis.

Eres ese pájaro que me habla
en diferentes lenguas vivas,
dejándome las costuras libadas
en esta postura deliberada,
abierta a tu descaro
crezco como una flor legislada
en la autoridad de tu voz
en la anarquía de tu luz de medianoche.
Todas las supernovas alistándose
para morir en tu boca
a media tarde,
todas las estrellas
liberadas en tus ojos predadores
retemblando a media mañana,
para que te suba el día en la noche
y el ave vuele
en mis versos escondidos.
No te huyo del peligro, amor
pues es la maldición de lo único,
la mayor bendición
que riegue mi vida.



Constanza Everdeen ® ©

sábado, 20 de julio de 2019

Tu reverso libre.

El cisne negro
en la belleza de tu espalda,
férrea extensión de vidas
y heridas habitadas 
de amapolas salvadoras.

En tu reverso mis mandamientos
y la noche depredadora
dibujando las huellas de mi aullido
en las de tu vuelo arcaico.

Tu espalda el impluvio
donde las criaturas juegan con fuego
y ríen consteladas de signos,
haciendo laberintos sonámbulos
con tinta lasciva.

Tu dorso y el peso de todo
contención de lagos salados,
el cielo como un mar empedrado
donde todos los lienzos
se hacen posibles.

Espalda, dorso y reverso
la lectura de los daños
en mis manos,
suaves y cambiantes dunas
del desierto
por donde se desliza 
mi mirada enamorada...



Constanza Everdeen © ®





martes, 16 de julio de 2019

Ofrenda en el tercer peldaño de un eclipse.

Ábreme la noche, amor
hazme temblar como las estrellas
que el brillo de esta agonía
luzca en la cúspide de un fruto rojo.

Navégame este mar ciego
desordéname en veinte palabras
sabes que caeré fulminada
en la primera sílaba insalivada.

Déjame respirar tus semillas
desbordarte los silos
con un gesto oscuro,
brotará la profundidad de tus aguas
y se ahogará la voz.

Ándame todos los pasillos y penumbras
llena de tu cuerpo encarnado
como un dios salvando
al templo tremeroso de la luna.

Ven, agítame este amor que te tengo,
borremos los nombres a los versos
agarremos nuestros relieves,
y así , lo poseeremos todo...


Constanza Everdeen © ®








sábado, 13 de julio de 2019

Hilván.

Amo tu insomnio de flores abiertas,
la delicada maestría con la que te mueves
por rutas desconocidas,
incendiando sedas y ríos.

Siento especial debilidad
por tu fuente divina
surtiendo artes y misterios,
por la perplejidad de tu impulso
hacia regiones de la  poesía malsonante. 

Reclamo tus alas artesanas
dando forma al manantial milagroso
donde imagino la sed más devastadora,
un infinito plantío de libres sensaciones .

Escribo entre horas y olas lejanas
hago atajos , engaño a las esferas del tiempo,
hilvano las palabras a días venideros
donde la distancia más larga
sea la de recorrerte entero.

Sueño que no tengo que pensarte
porque ya suenan tus llaves en mi puerta.


Constanza Everdeen © ®


jueves, 11 de julio de 2019

Te guardo los besos.

Del cabello a los tobillos
te guardo hasta los besos no dados.
Los lluevo sobre los acantilados
en las tierras altas de tu alma,
allí donde la mía
sueña con tu cuerpo
entero y a salvo.

Te guardo los besos 
paseantes clandestinos
en los acuáticos jardines,
fugitivos entre los pájaros acróbatas
y la sentencia de los mitos.

Te guardo los besos
viajeros saltarines
en las vías nocturnas,
de travesaño a travesaño
de mundo a mundo
cada vez más constelado
de oráculos tintineantes.

Te guardo los besos
en la ardiente órbita de un cometa
que acude a su pregunta,
en el reverso de tu abrigo
donde esconde su cara la luna.  

Te guardo los besos
porque todos son tuyos y míos.


Constanza Everdeen © ®

viernes, 5 de julio de 2019

La edad del agua.

Quiero estallar los antiguos cristales,
vaciarme de sal y de conchas
hasta agotar los castillos de arena
y todos los tiempos que te tengo en el aire.

Quiero la edad del agua
anegando las estancias
y todas las orillas,
beberme tus céfiros
entre tragos agitados y la calma,
entregando esta constancia
a tus pies olímpicos.

Quiero contarte el grito más callado
y decirle a tu ojos sensibles
los páramos que crucé
para alcanzarte.

Quiero y no quiero esperarte
como lo hago,
al borde de un abismo
del que me separa
tan solo un te amo.


Constanza Everdeen © ®

miércoles, 3 de julio de 2019

La respiración del almanaque.

La mañana, horas doradas del día,
despierta en un café y su nube.
La premura del canto de las aves
anuncia otra jornada,
otro tramo del regreso.

Las olas del calor
no son como las del mar,
aprietan y lo detienen todo
hasta la respiración del almanaque
que en su silencio numérico
y onomástico recordatorio,
me llevan a la penitente definición,
la distancia más larga es la espera.

Entre tareas, reparto olvidos
hay días que se soportan mejor sin memoria
y los mismos días ya no son días
llevándote conmigo en mi alma constante.

A veces surge una casa de pasillos estrechos
pavimentada de temores audaces y trágica necesidad,
pero voy de tu mano y reconocemos en el brillo de los ojos
que ese techo no es nuestro.

Después me reconcilio con el tiempo
con la alerta colorada,
con el maestro invisible,
les agradezco este erótico preámbulo,
esta montaña de amor y su fe.


Constanza Everdeen © ®

lunes, 1 de julio de 2019

Es seguro que llegas.

El cielo de la  mujer imperfecta
sueña con el abrazo difícil.
Espera como una novia descalza,
enfriando los pasos de todo un verano
tras la puerta de un mundo y su gato,
de penumbra antigua y brisa de incienso.

Anhela abrirse a el otro lado, a la vida
y ver aparecer al hombre despojado
de páramos y cargas,
solo el hambre y la belleza,
dentro de sus ojos de piélago,
en el compromiso dulce de su boca .

Se traen, se llevan
y en el mismo umbral se dan,
ruedan por las estancias
toda la magia sin trucos,
rueda la realidad de los amantes.

Y es seguro que un día llega el hombre
y entra en la casa y en la mujer.


Constanza Everdeen © ®