miércoles, 28 de noviembre de 2018

Orión

Clavada en la voz de tu pirámide
dejas huella en toda constelación,
resuena tu gemido imprevisible
como acorde de llanto de amor febril
despertando mis hambrientas lunas.

Haces de mi vientre
arraigo laberíntico
de vida vertida
en triángulo invertido
danza de sándalo y mirra
en un hogar sellado.

Pajarillo escurridizo
anidándome la alegría
entre las heridas retorcidas,
ida y desmemoriada
me aferro a este lienzo
testigo envolvente del ritual.

Las pupilas un grito,
una súplica encarnada
en marea salvaje,
que trae a mi náufrago hasta su isla
fiero y desvanecido de inviernos.

Cifras cifradas en tu lengua
caen por la grieta abismal
hallazgo patente e insalivado
del que no sabe nada
y todo me lo entrega.

Orión nace de tus manos hercúleas 
en un número primo 
que ya no se siente solo en las mías.


Constanza Everdeen ® ©


lunes, 19 de noviembre de 2018

Patria.

Qué bonito ser la tierra
recogida y fértil en tus manos
qué inmensidad la de ser siembra
y vivir tu regreso.

Qué alegría que camines por mis sendas
bajo lánguidas acacias dejándote acariciar,
qué milagro sentirte arraigado
y verte libre en campos floridos
entre dientes de león.

Qué fortuna de tus ríos
reverdeciendo mis laderas
saciando la sed otoñal,
desnudos de hojas
llenos de tinta rebosante.

Cielo de magníficos laureles
el de ser lienzo de tus huellas
geniales trazos los de tus incógnitas
la canción de tus pasos silenciosos.

Qué bella inspiración
esta pertenencia
sin firma, ni bandera
decretada y alada posesión
de la que saldremos con más vida.

sábado, 17 de noviembre de 2018

Sol

Mi sol no se parece a nada
es un extraño ermitaño
en mar de hierro y oleína
y su navío una cáscara de nuez.

Es danza de hilos cruzados al viento
Dédalo guardián de recetas imposibles
nigromante del vocablo
malabares en su lengua.

Mi astro proclamado
me gobierna en llamas
llueve en oro ilimitado
sobre toda cutánea extensión.

Escondido entre los árboles
sublimes son las sombras
sus caricias son cometas
dejándome una estela infinita
de anhelos colmados.

Selenita soñador
escurridizo entre fases
juega con los gatos
le ronronean su atención.

Su mapa estelar
una compleja y virtuosa constelación,
es un viajero de los tiempos
que me trae lo nacido
y lo que está por nacer.


jueves, 15 de noviembre de 2018

Lágrimas sin espinas.

Y verte arder,
tallarte eterno en la intensidad
de un instante sintiente,
a través de un espejo abisal.

Soñar en abrazo pétreo
perpetuar el siempre
levitando sobre el nácar,
como sombra de tu luz habitante.

Las olas agarrándose a la roca
con ansias nos golpean
hallamos en todo lo que está vivo y libre
espacios por los que rodar.

Amor enredado y cubierto
abres el camino entre delta y espuma,
descubriendo campos no transitados
todos los verbos parecen insólitos.

Y llegarte con la lluvia
en forma de hondo presagio
despertando lo dormido en la sangre,
coronándote sin espinas.







viernes, 9 de noviembre de 2018

Hilo rojo




Me hablas en manantial de signos
me cuentas sobre destinos estelares
ante tu voz florece el agua
y todo en mí se descubre virgen.

Invadiéndome como designio solar,
despiertas el incendio
erradicando el daño,
entrando por la herida.

El corazón desbocado
y en mi boca muerdo tu nombre
como divinidad insondable,
permanezco fiel a más de tres de tus mundos.

Viene a decirme el pájaro
que me sembrarás entera
entre marjales,
hasta el final de tu oquedad
espejo y reflejo de la luna
donde todo vuelve a nacer
una y otra vez.

Allí donde se paró el tiempo
y emergió nuestra isla.

sábado, 3 de noviembre de 2018

Algún día prosa.

Bajo la misma lluvia
tras distinto cristal,
escucho el llanto callado
en tu garganta hermética.

Todo lo que dejas cuando te mueves
son símbolos y llaves
la fortuna en forma de caricias
relatos breves donde querer vivir.

También me hablan tus ojos
sobre cálidos guarismos
y me gritan cuando los cierras
perdiendo la cuenta de lo entregado.

Cantas, cifras y descifras
lo que no es secreto
y se esconde en mi piel.

Acabas con todo
y no te quedas nada,
amas en magnífica espiral,
azotando velas en suave deriva
a la conquista de mis riendas de mar.