sábado, 31 de agosto de 2019

Nimbo flotante.

El faro vigila a sus estrellas curiosas,
el viento las mueve, las hace sonar
como campanillas silenciosas
en un tramo de noche extraña
donde despierto en un nimbo ensoñado.
La Luna y su tarea 
meciendo anhelos escondidos,
los pájaros mudos,
la hierba quieta,
nada delata mis pasos.
Todo lo latiente y  espontáneo
me lleva por un camino
de roca y nombre sostenido en mis labios,
a pie de acantilado descalzo
marcado de huellas desnudas,
como la imagen y el deseo 
lleno de ti en mí.
Flota la blanca nube
sobre un mar de calma entre mareas
me ofreces, me provocas
te yergues suspendido
en mis aguas confiadas
y salto.
Te salto entera 
a través de vapores
ciega de algodones
húmedos de vida
para clavarme en tu corazón de isla.


Constanza Everdeen ® ©

miércoles, 28 de agosto de 2019

Confit.

He besado las historias que duermen en tu sombra
las he mirado como la amante inmóvil
que escucha los huecos pensativos de tu silencio,
he aguardado el gesto invasor de tu mano
para despertar el bramido del tierno animal.

Nos hemos dejado caer en el sueño de ese abismo
de fauces tímidas e incivilizadas
abandonados a la profundidad insomne
del amar salado, la mar de dulce.

Haciendo de nuestra conversación confitería
y jardines diurnos con estatuas atentas,
nos bebemos la miel de las flores,
esas que se abren a nuestra amada noche
de relámpagos e ingenios sin descanso,
en la que la inflamada  piel de los jazmines
se nos diluye en esta sangre de signo oscuro
el vuelo de las golondrinas temerarias,
un deseo de velas indomables,
un amor que remonta los ríos.



Constanza Everdeen © ®

lunes, 26 de agosto de 2019

Tres días después.

Llegas puntual y sin reloj,
me acaricias y todo parece fácil
descargado de odiseas y de islas remotas.
Descansan los libros de un solo ojo
sobre el vientre del eclipse
aunque no exista destino sin tormenta
y se rehagan los ovillos.

Callan los nombres y sus llaves
se abrazan los botones con sus ojales,
mientras nos vemos en los ojos
la presencia emocionada
como ese encuentro
entre el mar y el desierto.

No quiero que se me vayan estas marcas de agua
que me dejas en las puertas de la sombra,
reza la piel por las huellas indelebles
donde duerme tu fuego escondido.

Nos arden rubíes en el pecho
aventurar a lo encarnado,
es la fortuna de hacernos girar.
Ofreciéndonos la herida, la llaga
para creer, crearnos más,
nos atravesamos el claroscuro
hasta tocar el alma del espejo.

Hay en tu lectura,
el bello universo de esta locura despierta.


Constanza Everdeen © ®



viernes, 23 de agosto de 2019

Vincit. (I)

Me vence la belleza
del extenuado náufrago en la orilla
emergiendo de la espuma
como un dios de brazos poderosos
renaciendo todas las mareas.

Me vence la belleza
del pájaro azulado posándose
en la ósea hendidura
como un latido del cielo
de atardecer almibarado.

Me vence la belleza
de la delicada pluma y su estrella
en la acuática transparencia
del sueño ambarino.

Me vence la belleza
de la luz en tus sombras
con letras de ojos vendados
y tinta subterránea.

Me vence la belleza
de tus costumbres
de tu gesto cotidiano
del abrazo difícil,
de la distancia llena.


Constanza Everdeen ® ©



lunes, 19 de agosto de 2019

El silo y la luna.

Esas semillas que me tienes cautivadas
son un río de brotes irisados
abriéndose a mi cielo.
Te rezo la lluvia  como amante esperante
anhelo de verdes matices,
de tu alma húmeda y voladora
alcanzándome las vidas, las llamas.
Me giras el tiempo como una veleta
un mandala siempre distinto,
volviendo a nacer en cada color tu iris.
Este alarde de lenguas vivas
que se nos viene a morir
a orilla de almizcles,
este antes de inminencia,
derramándose en el después
es una odisea vencida,
ante la dureza de unos dioses
que hoy nos temen y celebran.



Constanza Everdeen ® ©

martes, 13 de agosto de 2019

Notas cítricas.


El hombre de la armónica
me lanza agudos descarados
envueltos en una dulce melancolía
que humedece hasta el aire.
Tengo su canción en la punta de la lengua,
sacándome acordes encerrados
de mis locas caracolas.
Si me mira otra vez
le abriré mi puerta de azúcar,
se derretirán hasta las nubes
como lluvia cítrica,
sobre el temblor de los suelos
por donde rodará su sombrero.
Sus tablas son leña en mi hoguera,
sus leyes no son palabras,
es el camino que traza hasta la entrada
el baile en el filo de un abismo,
la clave de sol clavada
en el lecho del pentagrama de la bruja.


Constanza Everdeen ® ©




domingo, 11 de agosto de 2019

Arrecife boreal .

En esta canícula de hojas temblorosas
mis letras danzan
en tu genio de Oriente,
me salvan tus gestos de cristal
la sinfonía y envergadura
de tu tierra de soles
por brotar.

En mi horizonte
el deseo de tus olas
rompiéndose en mis ojos
y el mar de tu simiente
alada y gimiente
como un canto hermético.

Me hierve la vida en marmitas
en recetas a propósito desmemoriadas,
destilando el arte y esencia
de este amor sobrenatural.

Tiznados de cenizas
nos hacemos llover hasta el suelo
huimos entre aguaceros,
nunca a través de la misma hoguera
como animales gritándose verdades
en la boca de dientes crecidos.

Anhelo de tu mordida
antídoto de este arrecife 
desesperado por tus mareas,
anhelo de tu abrazo
para que descanse el alma de esta distancia
entre tu cuerpo y el mío.

Constanza Everdeen © ®

miércoles, 7 de agosto de 2019

Voz de once días.

Tengo tu voz haciéndome justicia
en las sombras,
como el sol sin piedad
que alimenta la sed de los helechos.

Muero en el temple de tus cuerdas vocales
atada al do mayor de tu palabra,
acudo a tu silbido insolente
con la piel de lobo despierta
distinguiéndote entre todas las nieblas
y caminos.

Me hablas sobre lo prohibido de tu silencio,
me recitas la espuma y el agua,
me cuentas las cuentas del collar,
me declaras el amor con verbos fugitivos
combatiendo danzantes
con la belleza de tu corazón parlante.

Tu voz...
donde no existen causas imposibles,
tu garganta...
la cueva que me realiza.

Constanza Everdeen. ® ©

domingo, 4 de agosto de 2019

Amura, amar.

Te quiero sin rumbo 
pero sí, marinero
con la flecha de tu esdrújula apuntándome.
y todas las golondrinas alborotadas
al avistar mi puerta.

Te quiero en tierra firme
como tú,
haciendo callar la voz
de todos los seres nocturnos
que me acechan,
al abrirme a las corrientes escondidas
de tus músculos tensados.

Te quiero entre maromas y aromas
como el mar embravecido
desafiando tu arboladura
al roce de olas de seda.

Te quiero huido de ti en mi,
preso de los nudos tejedores
de mi cabello de algas rebeldes,
respirándote los cantos de sirena
al oído.

Nos quiero nacidos
en todos los temporales
y en la calma de la primera gota
que formó el océano.



"Nos cura la mar, tomando la amura,
nos amamos con toda locura"


Constanza Everdeen © ®

jueves, 1 de agosto de 2019

El sueño y la tarde.

Sueño la piel con la piel,
descansa el cielo sobre el lago
al compás calmado de los tambores
girando en vinilos oscuros.

La tarde larga y lenta
como una novela imposible
saborea nuestra espera,
las aspas del ventilador no saben
como inventar el aire.

Le escribo al sol
para me traiga la noche
y tú vengas,
para hacerme hueco y forma 
en la postura de tu cuerpo
y ahogarme en tu iris de aguas transparentes.

Acoplarme a ti como una pieza maestra,
como un elemento vital
en tu respiración hechizada,
mientras se te forman nuevas galaxias
a donde llevarme.

Sueño con tu extenuación sobre mi vientre
como el retrato del héroe abrazado a su fortuna.


Constanza Everdeen © ®