martes, 30 de abril de 2019

Calas.

He caminado la arboleda
hasta llegar a la puerta azul
de tu casa sin puerta
y he llamado tres veces
invocando la tradición que nos gusta
que nos une como sinónimos
en un espejo de agua y fuego.
He juntado los astros
entre tus alas salvajes
y mi cuerpo azorado
para amarte en firme
como tu decisión de vida
en lugares secretos
que se parecen a nosotros.
He aullado a tu boca
para prender la cara oculta de tu noche
donde desafiarnos las verdades
con más verdades
respiración descarnada de pólenes
sin más ruido,
solo nuestro roce.
He sentido el hervor de las lágrimas
en tu abrazo volcánico
haciéndome bucles sensibles
desconocidos en mi piel.
Me has servido la copa
y has bebido de ella
en confianza hecha de llaves
abriendo el claro del bosque.


Constanza Everdeen © ®




jueves, 25 de abril de 2019

Un golpe de afecto.

Tu llamada es una llama
una aldaba en mi pecho de luna
donde yaces a salvo
entre aguacero de campanillas
y esferas voladoras.

Entre mis brazos y mis piernas
la gruta retirada, secreta
resguardo de los ásperos temporales
que azotan la palidez de tu día.

Contra la corriente
siempre a favor de nuestra caricia
del río y de la vida,
como inquietos roedores
de trabas prefirmadas
y diáfano destino.

Me afloras sin rendirte
entre esos rojos vivos y resilientes
en esa reverdecida llanura 
de cereales y confianza.

En este instante 
en el que comienza el mundo
hilvano todos los poemas
para decirte que te amo
y que también te creo.

Constanza Everdeen © ®

martes, 23 de abril de 2019

Algo del amante humeante.

Eres vendaval en mis colinas
pájaro atento entre mis visillos
eres cielo atronador en mi boca
y el diluvio desnudo de mis noches.

Abrasas mis silencios
encendiéndome las sombras
descalzas y humeantes.

Has regresado vestido de amante
con esa voz antigua
hecha de lava y lengua derretida.

Eres todo por descubrir
y el camino reconocido,
infinitas las sendas estrelladas de tu piel.

Eres como te llamo
lo que crece en todos los nombres,
la extensión de mi continente
la razón sin cordura de sus curvas.

Eres lo que me habita
lo que me habla
lo que me grita...

Eres tú,
el hombre que me ama.


Constanza Everdeen © ®

sábado, 20 de abril de 2019

Vestida de vida vívida.

Hoy me he puesto todo lo que nos decimos, todo lo que nos damos, soy todo colores y lienzo yaciente.
Ando desnuda por la casa por si apareces y quisieras arrancarme ese vestido que tan bien me sienta.

Podrías llevarme a la gloria en los tres primeros peldaños del portal, en penumbra de verbos y carne, salpicándolo todo de esas vulnerables perlas que no cesan de gritar tu nombre.
Quizá entre la geometría, grabar un "Te amo" como un pacto de mi sangre que también es la tuya con nuestros inanes demonios. Quizá una incógnita, la posibilidad ensoñada de un cielo despejado.

Anoche quemaba la ausencia de tu cuerpo, abrasabas hasta el silencio y ante el firmamento oscuro, se me hizo la noche casi una distancia insalvable. Pero me encaramé a tu alma ,al recuerdo vivo de tu caricia y me dormí en el único deseo de la luna.
Mis sueños fueron de estío, cenit esplendoroso y aguas danzantes. Avanzábamos a través de una arboleda que se inclinaba hacia nosotros en sonrisa y reverencia, todo lo vivo celebraba, nada era inerte. 

Hasta de nuestra voz callada hacemos umbrales, de nuestra mirada fiel espejo siempre en llamas.
Levantas el día y yo te espero despertando las flores y los pájaros...

Hoy me he puesto tu vestido, ese que nadie sabe.




Constanza Everdeen © ®

jueves, 18 de abril de 2019

Navegante amante.

En este temporal
me aferro a tu navío
a tu rígida mesana
cetro de tus aladas velas,
de tu timón amante.

Las ásperas maromas
se hacen dulces lazos
ondeantes a la libertad
en el corazón de nuestras olas.

El hombre que me ama
no teme a las mareas
se lanza intrépido
a los indómitos océanos.

Mago marinero
haciendo nudos en mi pecho
con que desatar la tristeza
que ya no nos sirve.

El mar nos lava, nos bebe
nos dibuja corales en los ojos
hace de nosotros 
su profundidad.

Si no te tengo,
si no me tienes 
el naufragio no es derrota,
es navegarte siempre.


Constanza Everdeen © ®



martes, 9 de abril de 2019

La etimología del veneno

Te aúllo dentro
por verte las venas
azuleadas y enrojecidas,
abierto a tu vuelo rapaz.
Me llevas el agua
al estado de gracia
cuando te levantas
sólido y salado
ante mis ojos de trance
y me sometes desafiante
a tu agitación mezclada
de orígenes y símbolos desnudos.
Entregados a esta cruzada
de deseos sedientes
ganamos el conflicto
a la perseverante espera,
gozando como perdedores
ante el misterio
para vivirnos entre desvelos.
Nos buscamos ciegamente
a través del vientre
de todas las cosas,
naciéndonos en cada obra,
en cada inspiración
con el aire cómplice
de nuestras extrañas raíces
e incendiadas entrañas.
Ojalá todo exceso de ti
hasta apagar la luz
de toda maldición.

Constanza Everdeen © ®




domingo, 7 de abril de 2019

Criba

Soy dama de noche en tu jardín
invadiendo en lengua de aromas
tus índigos pensamientos,
interrumpo tu alma concentrada
buscando desbordar la línea
donde cede el hombre
al llanto, a la alegría salvaje.
Te recibo y entras
por cada cicatriz callada
por cada pliegue estratégico
de piel tensada
y detenido aliento.
Alimentamos la premura,
el ahora desesperado
cada latido es un diluvio
debatiéndose los cauces.
Trazas sin trazo tembloroso
límites y abismos ultramares
y me tiemblas,
te tiemblo.
Oscuras calles inventadas
por pájaros sin cordura 
cantan nieves encumbradas
y encuentros boreales,
donde no se puede añorar más,
la cercanía al cielo.


Constanza Everdeen © ®

viernes, 5 de abril de 2019

También lago.

En tu cuerpo sintiente
soy lago trémulo
donde se humedecen
las tiernas sombras.

Ondulantes algas
atrapan lo erguido
despertando corrientes
de dulce agua
en tu boca ilustrada.

Nenúfares erizados
se abren a la inervada noche,
acariciando hasta consumar
todas nuestras hambrientas criaturas.

Agitamos la suavidad del fondo
convirtiendo los cuerpos
en remolino,
estallido de nube acuática y grito.

Me eres, te soy
somos dupla voladora
alcanzándonos en éxtasis,
en un sueño abocado
a la tridimensionalidad
de su orilla.


Constanza Everdeen © ®