martes, 28 de enero de 2020

Febrero febril.

Febril es Febrero
acercándose en el sigilo de su prosa nocturna
con la esperanza rotunda y serena,
con el aroma de los contornos perdidos del bosque.

Febril es Febrero
trayendo la luz de mar tejido de sueños
de ácida dulzura y audaz fantasía
sembrado de jugosos extravíos,
saltando como un niño en el almanaque.

Febril es febrero
latiendo la orquídea en la punta de la llama
amor de vía láctea por la espiral de su poesía ardida,
la tangencia de las lenguas afiladas
en el río nacido de la fuerza de un centauro.



Constanza Everdeen  ® ©






martes, 21 de enero de 2020

Versos versátiles.

Traviesa travesía
la de tus manos navegantes
creciéndome la tormenta a oleadas
con caricias de sombra soleada,
hasta afinar mi lánguida renuencia.

Como el rayo parte el deseo en el cielo oscuro,
resplandeces mi rostro con tu lenguaje férvido
con el silencio milenario del dolor ahora huido
en el vuelo de las renacidas aves.

La cumbre, tu parpadeo mortal,
el agua rota en el suelo nos dibuja un nuevo destino
la siguiente estación, un campo de flores nevadas,
otro estío...

Me tienes en constante temporal 
de mar hirviente e intemporal
bailándome entre vaivenes
de alzadas mesanas y duros raíles
guardando el dulce para mi inquieto paladar
y tu sueño despierto.


Constanza Everdeen ® ©

domingo, 19 de enero de 2020

Parirte nubes.

Solo tu mirada y mis estatuas de sal cobran vida,
moviéndose como las gotas de agua en la caída
acompasadas y vertiginosas,
surgidas de una lluvia que arrecia lo mojado.

Te voy a dar a luz una nube, amor
para anegarte sin negarte lo que me pidas.

Nuestros cuerpos mueren juntos
en el encaje maestro de nuestras almas,
yacen dóciles las bestias
doloridas y alimentadas
al abrigo del fuego alumbrado.

Solo tu mirada en la mía hace crecer el tiempo
asomados en los cristales, reflejamos la deuda
la ofrenda de sangre en los altares del viento
la entrega de millones de latidos, consentidos 
en regalo.



Constanza Everdeen ® ©

miércoles, 15 de enero de 2020

Esilweni.



Te quiero guerrero con las manos limpias,
alzándome una torre en el vientre de luna
haciendo de mí, río abierto de amapolas
ante la desembocadura de tus ojos de océano.

Levantas olas de azúcar en mi sangre agitada
con tu boca oscura y mercurial
tu beso, el camino incierto de lengua certera
acelerando ensoñaciones telúricas.

Juegan tus manos de hoguera con la llama que te guardo
desnudando mis secretos y rincones sin huella
en la corriente salvaje que te nace y que nos lleva
al lugar donde las bestias sueñan.

Perdidos en la inmensidad del gemido
agarrados a la piel de la vida
nos miramos quietos, retenidos
por la profundidad sorprendida
del más puro amor.






Constanza Everdeen ® ©

sábado, 11 de enero de 2020

Somos a lomos de lo indomable.

Somos la herida en la sal
la sangre limpia en el sendero difícil
somos el cielo abierto en la mirada del pozo,
la lluvia fina en la madrugada del beso.

Somos el romance que lloran los ríos
el sueño del viento y las semillas,
el azul del mar en el vuelo del pájaro.

Somos el silencio girando en el faro,
el preludio de la tormenta y su fuerza
sacudiendo las velas.

Somos el punto más cercano a la estrella,
la distancia que respiran nuestros árboles
en la puesta de un sol extraño.

Somos lo que nombra la noche y calla el día
la tierra avistada, invadida de espumas
la bruma peinada y suave 
que guarda nuestras caricias.

Somos el milagro de arcilla en el barro
la tierra y su réplica arriesgada,
el reflejo y la sombra del poema hecho aguas.


Somos a lomos de lo indomable y desconocido.



Constanza Everdeen ® ©