vertiéndose en mi tiempo de luna,
afloran flameantes vetas en el ocaso
abriendo la tierra tremulosa
que se esconde en mi regazo.
La luz de tus brazos me acoge,
eres alma de centellas besándome despacio,
se desvive mi descanso imposible
en las húmedas comisuras
de tu mundo misterioso.
Dentro de mi sueño eres como quiero,
dócil y fiero, sin silenciar oscuridades,
allí giramos como extrañas hélices
herederas de la umbra más hermosa.
Númenes danzantes , brisa envolvente
entre la cadencia y la caricia
que baila en nuestros dedos nómadas,
los ráfagas despreocupadas del viento
peinan esta plétora de ilimitados nombres.
afloran flameantes vetas en el ocaso
abriendo la tierra tremulosa
que se esconde en mi regazo.
La luz de tus brazos me acoge,
eres alma de centellas besándome despacio,
se desvive mi descanso imposible
en las húmedas comisuras
de tu mundo misterioso.
Dentro de mi sueño eres como quiero,
dócil y fiero, sin silenciar oscuridades,
allí giramos como extrañas hélices
herederas de la umbra más hermosa.
Númenes danzantes , brisa envolvente
entre la cadencia y la caricia
que baila en nuestros dedos nómadas,
los ráfagas despreocupadas del viento
peinan esta plétora de ilimitados nombres.
Constanza Everdeen ® ©
En las oscuridades no silenciadas de nuestras hélices, mis manos encuentran su luna en tus versos, Constanza...
ResponderEliminarEn tus manos alcanzo las estrellas, Johnny...
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