Hoy quisiera algo sencillo y extraordinario
que me dejaras una nube inmaculada dentro,
y descansáramos como cúmulos descargados
y descansáramos como cúmulos descargados
sobre el candor de un hogar naciendo,
que fuese la lluvia antigua y renovada
nodriza de esta luz nueva en lo cotidiano.
Te pediría que me hablaras sobre las cosas que cambian,
excepto el horizonte,
que nunca es el mismo
pero siempre tiene tu forma.
Quizá unos juegos de adivinación,
miradas entramadas en el humo de los cigarrillos
y beber de esa copa de vino
que siempre procuro tener medio vacía
para que tú me la llenes de sed.
Practicar el tiro con el arco imposible
trazado de un solo trazo por la virtud de tus manos,
con la lectura de una templada novela
debatir su nudo, combatir hasta el desenlace.
Acoger motivos y rincones abandonados
paseando de tu brazo,
el lugar donde se sostiene mi mundo
y se hace fuerte el tuyo.
Para que nos vean los descreídos y que no lo crean.
Constanza Everdeen ® ©
No hay comentarios:
Publicar un comentario