Habitarte como un poema,
ser tinta rompiéndose en tu piel
igual que la espina protege a su corona
igual que la espina protege a su corona
quiero ser la mujer de nubes salvajes
la que te haga el té.
Siéntete pionero abriéndome todos los libros
acercando tu voz a mi sed de historias.
Mírame y ven, existe tu hogar
juntemos estas plenitudes,
brindemos con nuestros cuerpos
por reconocernos entre tanta niebla.
Te espero desnuda como un árbol
al que le temblaron todas las hojas.
Ando entre las altas probabilidades de tu ensueño
exhibiendo orquídeas, construyendo naves
mostrando la quietud del temporal,
llena de silenciosas cúspides sonoras
que solo pueden responderte con sangre.
Soy la moradora cercana y lluviosa
como el dolor creciéndote en los días largos
de este telegráfico placer.
Constanza Everdeen © ®