Sé que en esa dimensión tan real
me doblarás como al tiempo
y será sobre la piel de tus palabras
donde arda esta arcana lozanía
que reservo para tus torturas.
Me mirarás como la muerte lenta
sonriente, empuñarás el arma decisiva
ángel caído quemando geometrías
abriendo mi carne a tu dura creencia
sobre el suelo húmedo de la ecuación.
Soy el síndrome de tu amor pidiendo más
me rindo entre sangría de flores y sílabas insalivadas
notas inconexas, ópera del placer.
La justicia en tus ojos de amante
la sentencia del bosque en el cuchillo
la quietud y bondad del abismo
a sí mismo asomándose.
Todo lo que se nos hunde
emerge como la verdad limpia
en un océano sin ruido
donde se escuchan los latidos de la vida.
Constanza Everdeen.