domingo, 26 de septiembre de 2021

Ardides ardidos.

 

Entre nieblas y ardides llovíamos,

islas siempre asomadas 

a sus ventanas de viento y agua,

nos buscamos sin decirlo.

Surgimos ante nuestros ojos encontrados,

con el asombro intacto 

y el amor amargo caminado

descubriendo que hace mucho que nos queremos.

Mi cuerpo magnetizado huye al tuyo

rehuyendo la trampa, la hiel del malquerer,

hondo y libre olvida la escasez

trenzados y trepadores superamos sus muros

porque siempre fuimos verdad

y ardemos ante la mirada creadora.



Constanza Everdeen.

martes, 21 de septiembre de 2021

La herida es memoria.


Cada memoria es una cripta 

donde el olvido lee a oscuras,

las luces que antes cegaron la verdad de los faros.

Hoy son pájaros parados sobre el horizonte

 trazos de acuarela en lo que llora el río,

 atrezo dormido y polvoriento 

de un lugar que me ha negado.

Estatua con otro nombre que vuelve a la vida, 

aliento invisible en los días cuerdos

abriendo caminos para otras huellas

en lo que sueña la noche intocable.

Bajo el hábito también duele la costumbre

y la lluvia no viene a dar descanso a la herida

con sus dos brazos que son el misterio,

con el beso inspirador que humedece el alma

y transforma todo en bello pretérito.



Constanza Everdeen.



miércoles, 15 de septiembre de 2021

Siempre dipsia.

Tiemblo, aún tiemblo

aún tu faro dentro

derramando luz en mi celo.

Tu mirada, luna llena de hierro

estela brillante en mi laguna

todo  fundido en rojo,

todo se mueve 

                     y es sal.


Llevas en tus mil lenguas

un hogar de fieras

y en el corazón que late

más allá de tu vientre animal

brota la salvaje espuma 

                      que viene a morir a mi orilla.


Tiemblo, aún tiemblo

y en la distancia también la siembra,

la sombra, el bálsamo, el incendio

                        y siempre la sed.




Constanza Everdeen.