Si eres tú acercándote en un beso
y se levanta una bruma insólita
nube de polvo de esporas
adhiriéndose a mi cabello,
sé cuidadoso en los rincones
donde guardo los libros viejos.
Si rozas con tu aliento los espejos
dibújale a la sangre un camino nuevo
con la astucia de tus dedos, con miedo
limpia de huesos el suelo sobre el que levito
vuelve a nacer en la garganta de un dragón
sé lengua, llama, llamaradas.
Si caminando las brasas, los recuerdos
eres hombre aparecido entre los vapores
punto de luz a través del tiempo
invoca lo que fulmina los zarzales del pensamiento
siente el dolor, la belleza de las espinas
alcanza la suavidad de estos pétalos que te dejo.
Constanza Everdeen.