Que me busquen en tus ojos
en la arcilla de tus manos
entre esa legión de palabras
que inflama tu mirada
de mar embravecido.
Estoy hecha de ti
de tus órbitas de siete lenguas
deslenguadas y puras
surcando mi segunda piel desvanecida,
delicada de fricciones
cercana al quiebro.
Que me llamen por tu nombre
que yo firmaré con el mío
encendido de fuego,
para que ardan los rumores
de que ya no estamos locos
porque no nos venció esta riqueza.
Que todo sueño trémulo y dormido
despierte a tu lado,
que el mundo empiece
donde tú me terminas.
Constanza Everdeen ® ©
domingo, 29 de diciembre de 2019
domingo, 8 de diciembre de 2019
El bocado de Adán.
Te he sonreído
con la cara plena de vida
en nuestra mañana de luz blanca
y de negras pupilas.
He mirado sin piedad
la contención de tu fuerza
como el hambre mira
a las ganas doloridas.
Nos hemos tocado
con la pureza del agua,
con el valor de la belleza
llegándonos al pozo más oscuro.
Me llevas, te llevo
como navío a la deriva
a la orden de los vientos y mareas
hasta el paraíso de esa otra orilla.
La visión de una nuez
temblorosa y crecida
entre las tiernas garras
de la noche libadora
que conjura islas en llamas,
atravesando las almas
en el vuelo de un ángel.
Constanza Everdeen ® ©
con la cara plena de vida
en nuestra mañana de luz blanca
y de negras pupilas.
He mirado sin piedad
la contención de tu fuerza
como el hambre mira
a las ganas doloridas.
Nos hemos tocado
con la pureza del agua,
con el valor de la belleza
llegándonos al pozo más oscuro.
Me llevas, te llevo
como navío a la deriva
a la orden de los vientos y mareas
hasta el paraíso de esa otra orilla.
La visión de una nuez
temblorosa y crecida
entre las tiernas garras
de la noche libadora
que conjura islas en llamas,
atravesando las almas
en el vuelo de un ángel.
Constanza Everdeen ® ©
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