miércoles, 29 de julio de 2020

Pentaculomicina.

Casi amanece y el fuego llora, 
la paz es para los que no sueñan.
El agua quieta quema las preguntas,
la tristeza abraza este estanque
como un amante con miedo.
La tierra apenas sostiene el derribo,
algo debe estar colocándose
que ya no temo al viento,
porque no trae palabras si no ecos,
ni tiene ilusiones que llevarse.
Mientras la debilidad del espíritu escribe,
te soy más fuerte.


Constanza Everdeen ® ©

sábado, 25 de julio de 2020

El fuego llora.

Aquí estoy con mis cosas que sabes
y las que te miran calladas como piedras,
agarrándome al fuego
que ilumina ese hierro forjado
y mira mi descanso imposible.
Duermo sobre las brasas del vuelo
entre las sábanas del duelo,
no tardaré en mirar el cielo
en mi casa nublada y sola
y hablaré con ese dios sin planes
que parece escuchar a otros.
Llora lagunas la constancia,
ahora es bajel en inmóvil bajamar
abrazado a la pérdida, a otra vida,
se levanta con el alma dormida
más allá, el mundo le duele igual.
Elegí la verdad,
pero la vida no sabe mentir,
en mi océano de ausencias
se ahogan las islas,
corrientes de escritos corrientes
acortando distancias,
donde flotan dispersas esperanzas
que me salvarán.



Constanza Everdeen © ®

domingo, 5 de julio de 2020

Menguante.

Se me va apagando
una estrella en el pecho,
haciéndome del cielo
un fugaz estío
que precede nieves
no tan abundantes.
Un árbol incompleto y no,
fiel a lo perenne,
solitario y encendido
por si vuelves.
Desnudo de consejos
sin sed de sangre,
vencido por lo que uno se lleva
a esa dimensión liviana,
donde nadie teme
la profundidad del mar.
Te paso por el corazón dos veces
y en las dos sonríes,
porque te quiero así
luminosa y sin rencores
como en realidad eres.
No sé qué tiene ese sendero,
no comprendo las bondades de sus piedras
pero si lo has elegido...
para mí, es tres veces sagrado.


Constanza Everdeen ® ©