La belleza del abismo es una ventana
lienzo de gasa fría despertando al oriente
su melancolía se mueve en la mañana,
todas las mañanas desde aquella sangre.
Aparece el rayo y vuelve a girar el viento
el vestido conmovido le baila las pupilas,
todos los lúbricos designios
que quietos estuvieron de noche,
se enredan en las ondas suaves
de la nívea crin del sol en llamas .
El silencio siempre espectador,
mira,
escucha detrás de la puerta del tiempo
y el tiempo jadea y empuja
porque quiere alcanzar el deseo de nuevo.
Amanece en latidos enlazados
son fuente recién nacida
reverdeciendo los páramos de oscura luna,
las pétreas raíces del pensamiento
es la belleza abriéndose
en el cristal nocturno que refleja tu cielo.
Constanza Everdeen.
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