En todos los mundos posibles
te soy amor
fabulosa, entera y mercurial
como la ola estallando en su térreo deseo,
y aunque las aguas azarosas
no reflejen la infinita luz que es siempre,
no reflejen la infinita luz que es siempre,
estoy queriéndote en la calma sombría
de una cueva y su farol de luna.
De mí haces sima profunda,
la húmeda incertidumbre
que se abre en tu boca,
pertenezco a tu beso exponente
hacia ti la ávida mudez
delatando el silencio de mis cadenas.
Ando llamando a las nubes
por esta realidad quieta que quema,
por el reverso de las piedras que gritan
y quieren atarme a la tierra
como todo lo que es vivo y crece.
No escribo todo lo que callo,
esquivo los días y lugares que tú eres
para no despertar otras formas de dolor
que todas son sin tu abrazo.
Constanza Everdeen.
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