Y nunca te tengo,
sumisa del viento
que mueve mis manos
y ahora es del mar.
Del pan de la mañana son mis noches
oscuréceme esta quimera que llevo dentro
y arde en fractales de pura cordura sin tiempo
en los que siempre te alcanzo
y nunca te tengo.
en los que siempre te alcanzo
y nunca te tengo.
Duermo a la sombra del hechizo
soñando que le doy voz a tus latidos
eres entre las sílabas del río
y las hojas caídas del árbol, del libro
como semilla efímera,
sumisa del viento.
Dime, junco agarrado a mi silencio
que esta no es la estación de la niebla
de andenes desandados, ahora ya cansados,
ni otra espera migratoria
de otro estío que muere de hambre
callando el nombre
que mueve mis manos.
La lluvia inventora de un final sin final
donde todo es de sangre escrito, caricia de sal
y la vida espoleando al esquivo olvido
hasta que el vino no recuerde
lo que podía haber sido
y ahora es del mar.
Constanza Everdeen.
Bellísimo
ResponderEliminarGracias con corazón violeta.
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