Estos versos agradecen
son un inventario negro
que me salvan del recuerdo dulce
entre los golpes.
Ya no me abraza su noche de estrellas que ya no existen
ni la luz esplendorosa del personaje
ahora la bella retórica de la boca cobarde
no ensordece mi bestia noble
al devorar los despojos de sus nombres.
Estos versos beben del agua clara que apuñala
de la lista oscura donde la magia artificada
regresa a los cuentos de un hombre.
Estos versos no se preguntan ni se responden
sobre aquel destino serpiente
solo entienden que en la escalera del dolor
bajé dos peldaños y subí veinte.
Hace tiempo que desde esta altura
sentada sobre la paz de esta roca
crecida de verde norte
al nivel del amar, no puedo verte.
Constanza Everdeen.
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