Anoche estábamos despiertos dentro de un sueño
sobre la hierba alta y seca, mecida de vientos
contábamos las sombras de los pájaros.
El día con sus ojos claros miraba el tiempo quieto
esperando el rodar de los cuerpos hacia el beso
todo era una pintura antigua de un arcano nuevo.
Tan pronto en pie como en vuelo, llegábamos al horizonte finito
caíamos por un abismo de nubes inflamadas de rojos
y sin soltarnos, aparecíamos entre navíos encallados.
La bahía abierta entre acantilados, nos acogía en su abrazo
como si fuéramos los hijos regresando al regazo de un poema
caminábamos sobre nuestras huellas de agua.
Reconocida la orilla de los sueños, nos brotaban caracolas y versos
de repente, todo era una pintura nueva de un arcano antiguo
y con su llave latiendo entre nuestras constantes
algo me levanta y sigue existiendo.
Constanza Everdeen.
Despierto te leo. Tus versos son la llave, la llama. Tu poema me levanta.
ResponderEliminarEs la fuerza quien escribe.
EliminarLa Fuerza de tu Belleza
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