Querida amiga:
voy caminando evidencias, las aguas criminales
soy un barco de velas remendadas
cruzando los charcos, creando ondulaciones
en esta realidad que llueve sueños heridos.
Mis pies ahora son más fuertes que las piedras
ahí, en las partes hundidas del sendero
ya no hay trincheras, ni trampas
ahora son otras huellas
en otra travesía andada.
Alzo la vista
y veo raíces de las que no puede crecer nada
dejo caer la mirada
sobre el avance musical de mis pasos
entre lentos parpadeos me contempla el paisaje
abriéndome en el pecho una vereda animal
no tan lejos, ni tan difícil
la libertad que nos separa.
Constanza Everdeen.