Ahora consigo llorar
lloro las cosas quietas
y es otro el sabor del vino
nada se oculta en su copa
todo se mueve en la sangre.
La piel, libre de ajenos abrigos
es el calor que dejaré en herencia
dentro, escribo sobre la aspereza de la luz
sobre las vetas que endurecen la vida
acerca de la lejanía sin distancia.
El silencio ahora es más silencio
algo más sé, no necesito saber mucho
y aunque no siempre escucho esa voz
que nace de lo más hondo de la cripta
a las cabras también les pertenece el pasto.
Constanza Everdeen.
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