lunes, 31 de marzo de 2025

Al apagar la vela.


Al apagar la vela, cuando muere un marinero

mi cuerpo habla con la oscuridad de tantas otras noches

sobrevive como el océano a los días

agitando la eternidad que muere al abrazar la orilla.


Cuando brota la llama, el silencio me reclama con sus ojos fríos

todo lo que me arde se hace invisible al ruido

se mueve a través de angulosos pasillos

como el anhelo buscando su destino.


Aquel lugar ya no nos grita, se ha vestido de nombres mudos

ya no se escucha la canción de nuestro tiempo

ahora las aves voraces migran a otros pensamientos

anidarán en la misma tristeza, apartarán los recuerdos llenos.




Constanza Everdeen.



sábado, 22 de marzo de 2025

Ya no me crecen las manos.


Me alejo del viento que sostiene la idea de escribirte

de arrancarme esta costura de los labios

para ponerle verbos descarnados 

a tus escurridizos temores.


El silencio rompe al silencio 

cuando se agitan las ausencias y cambian de silla

como trenes veloces atravesando la memoria

dejando latidos deshabitados al borde de las vías.


Ya no me crecen las manos 

intentando llenarlas de bellos vacíos

en la esperanza mueren todos tus fantasmas, 

los instantes perdidos, 

ahora son nubes deshaciéndose en el cielo de una hoguera, 

donde ya no ardes.


Dentro del cuerpo caminan deseos distintos

la sangre revela nuevos ríos 

en la inquietud de la piel, una noche extraña despierta, 

me llama con otra voz

reconozco la oscuridad apretándome la herida 

abrazo este encuentro, placer sinuoso, 

sólo mío.

 

Constanza Everdeen.


sábado, 15 de marzo de 2025

Otros pétalos.

Esa sombra agrietada convirtiéndose en luz

es el veneno ahogándose en el río venoso

la desnudez de la palabra ante la mirada fría

un mar de latidos perdidos sin el abismo del beso.


Los rumbos fragmentados olvidan el nombre de los signos

entierran el dolor bajo las piedras grandes

con la lluvia claman por las amapolas desaparecidas

los destinos detenidos huyen hacia los pozos secos.


La sed dormida humedece el silencio áspero

todo sucede distante y rasga las telas de los viejos vestidos

despiertan las paredes que guardan otro tiempo

otros pétalos nuevos que abandonarán la flor.



Constanza Everdeen.