Vivo contenida en estos talentos que tú ves
deambulando entre las agrietadas resistencias
las debilidades que te respiran,
las debilidades que te respiran,
evitan la mirada del tiempo que ya no existe.
Las piedras arrojadas son lápidas
donde grabo la fuerza de un nombre
salvo la suavidad de los meandros,
de los afluentes escritores
que quisieran cruzar el mundo.
Camino a días con poco norte
mirando distraída la belleza del precipicio
avanzo por los duelos clarividentes
moviendo el aire con suspìros
como nómada en otra felicidad.
Numen en fascinaciones vírgenes,
el sueño dormido de los metales
ante el espejo estoy lejos de ser cicatriz
mis ojos tabulan la ausencia de un solo cuerpo
el gramaje del alma es la habitación negra
donde se atan los hilos
y se teje el deseo,
y se crea el destino.
Constanza Everdeen ® ©
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