La boca que hoy calla
será el arma del crimen.
Un día avanzarás por mi cuerpo
descubriéndote horizonte
y yo te besaré la sed.
Tu nombre lo escribe el agua
por el valle donde tú mueres
rojos estigmas se perderán en la corriente
arrancando la memoria al tiempo
que no nos hemos tenido.
Dentro de mil vestidos
seguiría siendo selva
ante lo que quieres darme,
eres el Diablo tañendo grave
el hambre aguzada de hembra
buen hombre en la umbra
ensuciándose las manos
con el desorden que me arde.
Tu roce es el abismo
donde mi hoguera se rompe
lloviéndote en el cuerpo
como aguardiente primitiva.
Constanza Everdeen ® ©
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