Llueve sobre el papel
como en la última tarde del verano
en los ojos se han quedado despedidas
las calles cerradas, el temor a los espejos
y tu llegada.
Soñar es tu posibilidad,
durante el día recuerdo
quiero curarme muriendo contigo
porque más que amor son las sombras que levantas
pero más altas son estas palabras
que ya vuelan hacia el destino
de su acogedora soledad.
Elijo la isla del dolor, la caricia numerada
encadenada al misterio caminante
que soportan mis tobillos.
Mi libertad sin pájaros dice
que vivir es más verdad en tu prisión.
Llueve sobre el recuerdo
que no se cure la herida
ni se levante la condena
que las palabras digan
lo que no es verdad y duele.
Constanza Everdeen.
No lo es. Duele cada momento
ResponderEliminarExisten formas de curación pero todas pasan por el corazón dos veces.
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