lunes, 24 de septiembre de 2018
Justicia.
Llevo conmigo un hambre silenciosa
desprovista de rencores
armada de sabores
clamor gritado en do mayor,
desde ventanas con visillos
donde nada me sostiene.
Entre duelos de luces febriles
y noches de luna llena de ti,
todas las estrellas en el cielo de tu boca
juegan en mis altares de fuego
regalándome toda la justicia.
Sueño que en cada giro de reloj
soy nutrida de lo que estás hecho
que mi espalda es un arco
y tu la flecha certera
culminando en rambla desbordada
en cósmica revolución.
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Intento casi siempre dar una opinión cuando me ha gustado un poema aunque no siempre hay tiempo para llegar a todo.
ResponderEliminarEn este caso me ha parecido brillante, desde mi interpretación, la analogía presente hasta su final entre el acto, digamos amoroso, y el concepto de hacer justicia y esa revolución final con la que concluye el poema. Creo que se consigue llegar al fondo de la idea con gran talento y sin la necesidad de caer en los facilismos explícitos que tanto abundan por ahí. Es sólo mi opinión porque pienso que hay mucho trabajo y oficio tras estos versos.
Saludos.
Gracias Juan Carlos por tu generosidad, por tu tiempo y tus palabras. El espacio que deja un trabajo y un oficio no impiden la vocación por las letras a jornada completa. Gracias infinitas.
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