jueves, 20 de septiembre de 2018

Profecía y tino.

Toda mi profecía es amarte sin violencia
hasta el final de tus días en mi.
Devuélveme la pertenencia
o enciéndeme la luz
se adelanta el invierno y la noche,
el cielo raso me alcanza la piel
y hace tiempo que mi vientre
es sólo regazo sin goce.

Ya caminamos antes
como almas sin pena
con el peso sonriente
a todo lo que dimos la espalda
entre golpes y sucedáneos.

Nada que temer,
todo por desvanecerse,
como flechas audaces
haciendo diana en círculos recelosos.

Quizá todo triunfo pendiente
dependa de la mala puntería
o aprender a cerrar los ojos.






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