Ahora que me llega el otoño
todas las cartas de amor cobran vida
como misivas incontroladas
pájaros replicando en tu ventana.
Llegas y anegas toda escritura,
robando todas las palabras
de esta boca por la que se desliza
tu nombre y el hombre.
Pronuncio en grito silencioso
porque me das hasta lo que no pido
la roca encendida y generosa,
porque todo es tuyo y es mío.
Hundiendo los dedos en la tierra
pertenecemos a ésto que es fértil
marcamos con huella
la libertad de toda nuestra extensión.
Me atraviesas dulce y afilado
y el cielo responde
con decretos y la gloria,
yo te guardo como el secreto entero
de lo creado,
dentro de esta fortaleza
de los que se desean sus vidas.
Ahhh que bello, saludos!
ResponderEliminarAy... Maricel..., gracias!!!
EliminarHermoso poema, q abriga en este incipiente otoño
ResponderEliminarEntre todos lo haremos más cálido, gracias bella.
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