miércoles, 30 de octubre de 2019

Queda constancia.

La tierra a veces no es justa
cuando no puedo agarrarte de la solapa
y explicarle a tus ojos
lo que veo con los míos.

Tan honestamente complejos,
con apenas tres céntimos en el bolsillo
somos inmensamente ricos,
generosos cuidadores de las flores.

Entran y parece que pisan,
imitan su forma,
reptan vacíos e incapaces
en el aroma que no pueden plagiar.

Si fueran conscientes
de la belleza del veneno,
quizá descubrirían su propio jardín.
Ciego el que no ama y rompe,
un corazón roto es una gran fortuna.

No sabemos de espinas,
vivimos entre pájaros azules
que es lo que sangra la herida 
y escribe y pinta poesía.



Constanza Everdeen ® ©

miércoles, 23 de octubre de 2019

Desacantilados.

En mis oraciones somos desnudos
y no perdonamos la noche,
la castigamos de fuegos
de juegos esculpidos en llamas.
En mi rezo,
me haces besar los cristales
mientras la tempestad nos mira desde fuera
y me la traes dentro.
Serena y desacantilada
en el fuerte amarre de tus manos,
grito lo que tú solo oyes
y te rindes al mar y al canto
como los mitos viajeros.
En mi adoración
el tiempo es carnoso y dilatado
es el verde brotando en la sequía,
las flores más sencillas despertando
con el brillo del sol en el rocío.
En mi súplica
se funden los metales de la espada
y todo se vuelve alimento sonriente
mecenazgo del hambre,
la descarada redención 
donde arden los laureles.

Todo lo que pido 
me lo das multiplicado
y no ruego por los números,
bebo de la fuente.


Constanza Everdeen ® ©

sábado, 19 de octubre de 2019

Ceguera Inusitada.

Que nos devore el viento
y en la cumbre de la llama
se quemen nuestros nombres
para reconocernos nuevos.

Que la cenicienta luna
se llene de presagios,
de cascabeles leguminosos
y ahuyente las hieles
vestidas de realidades.

Déjame ciega
en el reverso del verso
en el beso oscuro,
ahogada en mar de caramelo.

El paraíso renacido en una costilla,
nuestros puentes el hambre
por encima el torrente
debajo las brasas de un laberinto dulce.

Desde la cornisa del arte
entre las alas del sueño
si me invoca tu boca,
la lluvia.


Constanza Everdeen ® ©


viernes, 11 de octubre de 2019

Noche ardida.

Hemos dejado la noche ardida,
hecha jirones renacidos
asustada de gritos
en su silencio oscuro.
Ha quedado la habitación rota,
llena de hilos
de tejidos arrancados,
de lamentos y gemidos.
Nos han avanzado las lágrimas
surcándonos el rostro de duelos
y las hemos sacudido
con el latido de cada órgano ,
con la furia de la víscera.
Luce todo tan sucio, amor
que deslumbra la umbra y la mirada,
el resto y el rastro de la palabra obscena
los cuerpos rompientes,
ascendidos
deseando caer en otro laberinto
de médula oleosa y abierta.
Hemos dejado la noche ardida bajo las aguas
como fieras fundiendo cada eslabón de la cadena,
entregados a los febriles licores
que ahogan las bocas de los corales.

Hemos ardido y nos sueña la noche.


Constanza Everdeen ® ©

domingo, 6 de octubre de 2019

El baile del mejor hombre.



Mi buen hombre me susurra las verdades
mientras giramos en la pista de baile,
en una nube de vinilo improvisada
en su sonrisa de las estrellas.
Sacude mi tristeza de tarde serena
y  me siento la ola más grande,
la más desnuda y ardida.
El buen hombre me cuenta las perlas
y cuenta conmigo
yo solo alcanzo a contar,
los cinco botones de su chaleco
y sus dos pupilas,
ahora cristales desvelados
por mis telas de flores.
Suspendido en mi cintura y yo en su boca,
proclama ser mejor hombre,
me lo dice...
y me crece la vida,
me crece el hombre.




Constanza Everdeen ® ©

sábado, 5 de octubre de 2019

Tiempo.

Desnuda ante el tiempo,
eres el tiempo y sus manos.

En tu cuerpo desaparece el tiempo
y tiempo y alma se hacen libres,
se hacen nuevos libros.

Si te escribo el tiempo
todos los renglones
eufóricos y tristes
acaban en "quiero irme contigo".

Entre perder o ganar el tiempo,
elijo vivirlo a tu lado,
aun de lejos que siempre es cerca.

Le doy tiempo al tiempo
para que te quedes
y vuelvas a la orilla.

Te gesto el tiempo
para darnos la vida
y decirte "sí quiero",
te quiero todo el tiempo.


Constanza Everdeen ® ©

miércoles, 2 de octubre de 2019

Juegos de lluvia.


Vivo de recuerdos vivos.

Recuerdo los juegos de lluvia traviesa,
tu osadía abierta
a las tímidas gotas
posándose en mis labios,
la húmeda adherencia del tejido
delatando nuestras formas 
que se buscan.

Recuerdo corromper la piel lisa del barro,
con la cordura más salvaje
rociando los helechos y sus sombras
con símbolos de arcilla.

Recuerdo como atravesamos
el alma al agua
hasta hacerla llorar de plenitudes,
ante los ojos ancianos y conformes
de los árboles.

Recuerdo que la piedra no era fría
y los líquenes ardiendo 
en el dolor de nuestros huesos,
esculpiendo un amor extraño.

Vivo de recuerdos vivos.

Constanza Everdeen ® ©