La tierra a veces no es justa
cuando no puedo agarrarte de la solapa
y explicarle a tus ojos
lo que veo con los míos.
Tan honestamente complejos,
con apenas tres céntimos en el bolsillo
somos inmensamente ricos,
generosos cuidadores de las flores.
Entran y parece que pisan,
imitan su forma,
reptan vacíos e incapaces
en el aroma que no pueden plagiar.
Si fueran conscientes
de la belleza del veneno,
quizá descubrirían su propio jardín.
Ciego el que no ama y rompe,
un corazón roto es una gran fortuna.
No sabemos de espinas,
vivimos entre pájaros azules
que es lo que sangra la herida
y escribe y pinta poesía.
Constanza Everdeen ® ©
La riqueza de esos tres céntimos bien vale una vida...
ResponderEliminarIncluso más de nueve...
EliminarCiego el que no ama y rompe,
Eliminarun corazón roto es una gran fortuna.
Con paciencia ó anhelo, depende de la autocura
Siempre con amor.
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