Nos mueve la constancia del agua
erosionando los términos que no nos merecen,
desesperamos la llamada sin espera
en el equilibrio de la aguja
sobre el hilo del destino.
Estas costuras sin herida
son pan en el bocado de un dios que no olvida
que reclama sediento la justicia y el vino.
La melodía de la lluvia
sobre la superstición de los espejos partidos
y el aire que no existe entre los dos,
el suspiro más alto en el aliento perdido.
Somos las leyes silenciosas de los pájaros,
la ancha avenida de la vida,
la libertad del mar hambriento
devorándonos la sal.
Somos el acierto más certero de la única verdad.
Constanza Everdeen ® ©
Preciosas costuras de lluvia tus versos, Constanza...
ResponderEliminarVas a hacer que se me salten los puntos, querido Johnny...
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