martes, 18 de febrero de 2020

Saturno en el lago.


Esta noche el peso de un dios
me ardía en el cuerpo
y el dios eran todos los dioses
redimiendo este anhelo sin aire.

Esta noche amansaba mi boca
engulliendo sus palabras ardidas,
la calma aparente de Vulcano
latía en la úvula de la luna.

Esta noche era el reflejo pleno
de la plena confesión
entrando como raíces subterráneas
en la gruta carnal del sueño.

Esta noche la luz y el agua cristalina
devoraban los escalones del hambre,
y el hambre con sus ropas quemadas
se clavaba en el norte de un dios,
en el alma de un hombre.






Constanza Everdeen ® ©

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