Te escribo con mi pincel de lobo
todas las horas silenciosas
llenas de memorias nacaradas,
de habitaciones rojas y terciopelo vivo.
Una palabra de tu cielo
y el día se hace grande
como una estatua colosal
que vigila las mareas.
Miras ermitaño
levantando bandadas de pájaros
sobre la patria de los sueños
bajo la falda abanderada de un satélite.
Me atraviesa una vida al verte
risueño y creador
con tu iris de tinta marina
abriendo abismos en la imaginación
de la fascinada sirena.
Son océanos de trigo,
la extensión de tu caricia,
la primera amapola
brotando en tu beso de semillas.
Constanza Everdeen ® ©
En tu vivo terciopelo viven mis pupilas, Constanza...
ResponderEliminarViva en tus ojos de isla, Johnny...
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