Me he arrojado al diluvio
con el corazón y su abrigo raído
sin caras ni cruces en los bolsillos,
alma desencadenada
y cabello de fuego al viento
para sentirlo como raíces adheridas
a la piel de un anhelo herido
que vive de esperanzas,
de esperanzas que esperan verte.
Huyen las borrascas a la tierra
donde nos suceden las cosas
y soñamos niños y quemamos puentes
asaltando temores, amasando verdades,
al cálido rumor de un infierno
y los colores de la muerte,
parimos alimento para los amantes.
Lanzadores de semillas, sembradores de certezas
nos arraigan utopías en el pan y en el humo
como flores eternas entre pándemicos dragones
en los símbolos que siempre fueron,
en el siempre que te siento.
Constanza Everdeen ® ©
Sembrando certezas te encuentro en cada uno de tus versos, Constanza...
ResponderEliminarNo hay arraigo fuera del pan de tus caderas...
Qué bien amasas las verdades, Johnny...
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