sábado, 26 de septiembre de 2020

Inmune.

Envuelta en la mañana invento la tristeza 
y escribo que he visto el aire,
cómo el invierno se ha vestido con novelas vacías 
ocultando su sed de musgos húmedos. 
Miro el lecho grabado,
los cristales llovidos donde no se refleja el tiempo 
parece una sucesión de ensoñaciones 
de crímenes justificados 
por las calles lascivas de un cuento. 
Los ojos empedrados del día 
siguen el camino lento de las nubes desanimadas 
entre los disturbios murmurantes del alma, 
llora la copa todo el vino, 
sangra la fuente porque no sabe qué hacer 
con tanta inmunidad.






Constanza Everdeen  ® ©

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