Hasta la mañana nebulosa
se asombra de los colores de tu secreto,
sobre la espléndida sonrisa
se levantan los míos,
como el azote del viento
en el velero que danza
con las ruborosas olas.
En todas las formas reales
en las que nos imagino
hay alegría, festivales,
actos carnales e ingeniería,
se levantan poderosos enlaces
entre las fauces de la vida
y todo es calma combativa,
dibujando disparates en mi espalda.
Pedirte más y matarte sin ruido
para que solo se oiga el grito,
ante los mitos negros y los músicos
igual que dos aguas mezcladas
y apropiadamente desvestidas.
En la complejidad del placer
somos cuerpos enteros y sueños posibles,
la versión sencilla de un teorema
que respira nuestros pasos.
Constanza Everdeen ® ©
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