lunes, 24 de mayo de 2021

La brisa no tiene prisa.



Las ventanas parpadean

siempre abiertas, incluso dormidas

ante el deseo que late en los cristales

tu voz mueve mis cortinas.

Entras entre velos en mi secreto

limpiando criptas y memorias desvaídas

como si no me conocieras de más de una vida,

la brisa no tiene prisa al levantarme la falda.

Hoy baila todo en la cocina

ollas y cuchillos se disponen

y hasta los pensantes rincones seducidos

ondulan por la alegría que les viene.

Ando abrazándote en todo

enredándome entre las plantas

igual que las manos a la muerte

acaricio todos los enseres

como si me despidiera.

Soy yo quien sostiene las paredes

que derrumbarás discretamente

con ese estruendo tembloroso

del hombre que murmura el amor

en mis oídos de tejedora.



Constanza Everdeen ® ©

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