Otra vez la lluvia, la intermitencia de sus pasos
otra vez su canción lejana atravesando
los sueños que echaron raíces en mi vientre.
Siento crecer brotes desordenados entre todo lo guardado
aferrándose a la húmeda dulzura
cómo acarician la verdad durante el aguacero.
Y aunque el agua corra por otros cauces
invisibles a los cristales mundanos del día
siempre busca la voraz desembocadura
en el cuerpo incansable del océano.
Me besa el silencio líquido
arrecia esta lengua de nubes
cargada de ansiantes palabras
porque una sola gota es inundación
porque libre camino la lluvia
calándome de bella incertidumbre
hasta ahogar el horizonte
con mi tormenta insaciable.
Constanza Everdeen.
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