Lágrimas secas cuando llueve por dentro.
Detrás de los muros derrumbados todo es sólo e impar.
Silencios y cristales arrancan mi nostalgia,
muriendo en el acto como amapola resiliente.
En tus hurañas caricias, un baldío
donde solo sangra mi boca
y aún así,
te entrego la plena concesión de mis besos.
Como recipiente sin futuro ni mensaje,
en un mar árido y violento,
desorientada entre la turbia espuma,
en la que crece tu miedo.
Hoy el mar le devuelve a tu ceguera,
cráneos, hilos de miseria,
un generoso rincón donde no pensarme.
Constanza Everdeen ® ©
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