La ley de la atracción se basa en órbitas,catalizadores, variables y alguna que otra incógnita que nunca han de resolverse, ya que el misterio es el elemento esencial en esta teoría tan subjetiva como poco acreditada.
Nuestros anhelos y voraz curiosidad cogen las riendas en arranque de lucidez o de temeraria ingenuidad. Eso que deseamos con vehemente pasión y alimenta nuestros sentidos (el sexto el que más) nos arrastra hacia encuentros inevitables, nos hace girar en el espacio y el tiempo, como caballos salvajes galopando a través de las estrellas.
Volvemos a creer. Somos invencibles.
Dentro de lo cambiante influyen y fluyen muchos factores, desde el desvarío atmosférico, véase aguas desbordadas, ventoleras o lunas fulgurantes, hasta la música que suene. Aquí hay que procurar que nunca halla exceso de violines.
Se permite la excentricidad en su justa desproporción, desde estampados florales hasta el más escandaloso de los aforismos. Hay licencia poética ilimitada para vivir.
Es esa ley que te empuja a querer saltarte otras, en cualquier estado,en especial el líquido.
Reacciones físicas espontáneas, química fuera de toda tabla periódica, e incluso encima de ella, donde haga falta.
Es un baile, un dejarse llevar, siempre a un lugar bonito. Los pasos también son palabras danzantes, diálogos súbitos a años luz, sintiéndose muy cerca. Incluso sin piel.
También hay dudas de las no razonables, ¿ Será un sueño?.
Con respecto a esto último, es mejor no cuestionarlo y dejar la ventana abierta para que trepe lo irresistible y se cuele en tu habitación.
Otro día escribiré sobre catalizadores.
Pues, una breve explicación muy bien expresada. Me encanta!
ResponderEliminarGracias Encar!
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