He venido a decirte que conozco cada recóndita palabra,
que las sombras y su diosa no colaboran si no elaboran,
esos sueños alcanzables que quizá no conquisten la luminiscencia.
Sabedores de lo efímero,
conscientes de la materia,
celadores del crepúsculo,
hemos nacido en la cara del amor
que nunca será visible.
Pero elegimos la espesura,
el verbo frondoso,
las aguas abisales del ánima
y creamos bálsamo de todo lo destruido.
Antes de que el mundo fuera insomne,
ya guardábamos secretos.
Anónimos de un cometido perenne y silencioso.
Lo más estremecedor para la luna es su propio aullido.
"Antes de que el mundo fuera insomne,
ResponderEliminarya guardábamos secretos"...expresión perfecta, me gusta
Bueno, muy bueno lo que escribes Constanza. Sigue.
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