Y verte arder,
tallarte eterno en la intensidad
de un instante sintiente,
a través de un espejo abisal.
Soñar en abrazo pétreo
perpetuar el siempre
levitando sobre el nácar,
como sombra de tu luz habitante.
Las olas agarrándose a la roca
con ansias nos golpean
hallamos en todo lo que está vivo y libre
espacios por los que rodar.
Amor enredado y cubierto
abres el camino entre delta y espuma,
descubriendo campos no transitados
todos los verbos parecen insólitos.
Y llegarte con la lluvia
en forma de hondo presagio
despertando lo dormido en la sangre,
coronándote sin espinas.
Que belleza de palabras y sentimientos
ResponderEliminarGracias, gudari
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