Es hallazgo compartido
este anhelo humilde
sin exigencias en el destino.
Avanzamos descalzos
provistos de voluntad
puntuales a la cita,
suspensivos como partículas
más antiguas que los nombres.
Sin temor a los espejos,
entre óleos nivales y atlantes
te he visto desnudo
de piel y retórica,
sembrándome manzanos
en genes y llanuras,
salpicándome de líquenes
esos valles sombríos
por donde discurren
presagios de agua.
Atezada y azotada
por tu verbo cromático
caligráfico y volátil,
atados y libres
a esta creación
neurótica y tribal.
Este amor galvanizado
bajo lluvias danzantes
que pone candiles en mi boca
y me mira como yo le miro
protegiendo lo que no se ve.
Constanza Everdeen ® ©
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