sábado, 11 de enero de 2020

Somos a lomos de lo indomable.

Somos la herida en la sal
la sangre limpia en el sendero difícil
somos el cielo abierto en la mirada del pozo,
la lluvia fina en la madrugada del beso.

Somos el romance que lloran los ríos
el sueño del viento y las semillas,
el azul del mar en el vuelo del pájaro.

Somos el silencio girando en el faro,
el preludio de la tormenta y su fuerza
sacudiendo las velas.

Somos el punto más cercano a la estrella,
la distancia que respiran nuestros árboles
en la puesta de un sol extraño.

Somos lo que nombra la noche y calla el día
la tierra avistada, invadida de espumas
la bruma peinada y suave 
que guarda nuestras caricias.

Somos el milagro de arcilla en el barro
la tierra y su réplica arriesgada,
el reflejo y la sombra del poema hecho aguas.


Somos a lomos de lo indomable y desconocido.



Constanza Everdeen ® ©


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