Entre velos que arden
y torres abatidas,
te escribo en la colina
desde la que ruedan botellas
vacías y sin mensaje.
Palomas muertas y carne fácil
el humo solo señala los despojos
es escombro todo lo que no late
lo que no puede ser herido.
Desde este campo de batalla
te siento en constante tiempo
si me falla la esperanza
acudo a los astros
que guardas entre los brazos.
Desnuda y azul
luna de paso en este conflicto,
recuerdo que no hay enemigo
cuando le miras a los ojos
y le ves el miedo enraizado.
En este frente y de frente
no hay sangre malograda
solo agua y tinta pura
escribiendo el final
de una guerra que no existe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario