Desnudos de pasados
entre encajes y azules,
nos mordemos las costuras
anegando cenizas lunáticas.
Retando a las sombras
haciendo luz de cada roce
encuentro en tu pecho,
en tu lanza
todo lo que me cubre.
Salivas verbos resonantes
los traes a otra dimensión
donde yazco retorcida,
esperante de tu voraz cortesía.
Todo es fundición
de piel y tiempos
del mismo molde,
valva emergente
en laberinto oceánico,
donde nacemos
y nos volvemos a elegir.
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