sábado, 8 de diciembre de 2018

un ojalá asoma.

La casa nublada
sin relojes de ocho horas
desde que la distancia
es tu beso en otra boca.

Fatalidad sin mujer,
ni filo en el que morir
satélite en pausa
con causa disimulada.

Mi nombre en tu voz
deja de ser propio,
lo común es un tesoro perdido
donde guardo anhelos concretos.

Enciendes la luz
dejándome a oscuras
en tu cripta reservada
donde hago arder todos los mapas.

Miras por debajo de mi falda
te asomas a veranos no vividos
y yo me siento vencedora
porque tú ,
ya no te das por vencido.








3 comentarios: