lunes, 3 de diciembre de 2018

Homo ancestral.

En el íntimo callejón
del severo desconocimiento,
ruedan húmedas manzanas
resplandecientes a la caricia de tu voz.

Devoro con los ojos tu discurso
sobre atávicas diferencias
mientras a mí, todo se me hace
del color mar de tu mirada.

Me sujetas sin tocarme
en la postura del orante
declarándome ferviente y mística
de tu divino lenguaje.

Desnuda y sin frío
despojándome de velos y palabras
mi fascinación en silencio
a la espera de tu beso.

Bajo el borsalino
tábula sintiente
preguntándome si tan latiente
como esta sibila distraída.





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