He desandado el suspiro donde vives
por si apareces en las ramas
en las que ya no anida mi cordura.
Escondida y soñándote sin miedo
sabiendo que las crueldades no vuelan,
planeo sin premeditación
por tu mundo de ideas.
Aspirando a iluminar
el rincón de pensarnos,
de decirnos entre líneas
todo lo que nuestros dedos lectores alcancen.
Entre pliegues de piel y tiempo
agrietando la noche más oscura
hasta hacer de todos los naufragios,
el alba, la victoria cantada
por los pájaros que habitan
la madera de nuestros barcos y semillas.
Como si de toda unión de nuestros cuerpos,
naciera un faro.
Constanza Everdeen. © ®
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