domingo, 24 de febrero de 2019

Divina materia.

He desandado el suspiro donde vives
por si apareces en las ramas
en las que ya no anida mi cordura.

Escondida y soñándote sin miedo
sabiendo que las crueldades no vuelan,
planeo sin premeditación
por tu mundo de ideas.

Aspirando a iluminar
el rincón de pensarnos,
de decirnos entre líneas
todo lo que nuestros dedos lectores alcancen.

Entre pliegues de piel y tiempo
agrietando la noche más oscura
hasta hacer de todos los naufragios, 
el alba, la victoria cantada 
por los pájaros que habitan 
la madera de nuestros barcos y semillas.

Como si de toda unión de nuestros cuerpos,
naciera un faro.





Constanza Everdeen. © ®

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