Hoy me he puesto todo lo que nos decimos, todo lo que nos damos, soy todo colores y lienzo yaciente.
Ando desnuda por la casa por si apareces y quisieras arrancarme ese vestido que tan bien me sienta.
Podrías llevarme a la gloria en los tres primeros peldaños del portal, en penumbra de verbos y carne, salpicándolo todo de esas vulnerables perlas que no cesan de gritar tu nombre.
Quizá entre la geometría, grabar un "Te amo" como un pacto de mi sangre que también es la tuya con nuestros inanes demonios. Quizá una incógnita, la posibilidad ensoñada de un cielo despejado.
Anoche quemaba la ausencia de tu cuerpo, abrasabas hasta el silencio y ante el firmamento oscuro, se me hizo la noche casi una distancia insalvable. Pero me encaramé a tu alma ,al recuerdo vivo de tu caricia y me dormí en el único deseo de la luna.
Mis sueños fueron de estío, cenit esplendoroso y aguas danzantes. Avanzábamos a través de una arboleda que se inclinaba hacia nosotros en sonrisa y reverencia, todo lo vivo celebraba, nada era inerte.
Hasta de nuestra voz callada hacemos umbrales, de nuestra mirada fiel espejo siempre en llamas.
Levantas el día y yo te espero despertando las flores y los pájaros...
Hoy me he puesto tu vestido, ese que nadie sabe.
Constanza Everdeen © ®
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